“Si
Cristo, tu tesoro, sube al cielo, esté allí tu corazón”
Dice Guillermo de Igny: Otros vuelan por la contemplación:
tú al menos, con el amor. Pablo es arrebatado en el Espíritu y vuela hasta el
tercer cielo. Juan hasta donde el Verbo existía en el principio. Tú, al
menos, no arrastres por tierra un espíritu degenerado, ni aguantes que tu corazón
se pudra en la tierra, soterrado por la inercia. Nuestro gran Pontífice, que ha
entrado hoy en el santuario, después
de conseguir la redención eterna está ahora ante la presencia de Dios
intercediendo por nosotros, grita: Levantemos el corazón. Tú respóndele
con fe: Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Oración
Señor, en este día
en que celebramos la gloriosa Ascensión de tu Hijo, nos sentimos pequeños ante
tu grandeza y tu misterio. Elevados a la contemplación de su gloria, queremos
renovar nuestra fe en su poder y en su promesa de volver.
Perdona nuestras
dudas y poco empeño en seguir sus pasos. Haz que, en medio de nuestras
dificultades, mantengamos la esperanza firme, conscientes de que tú nos
acompañas en cada momento.
Que tu Espíritu nos
fortalezca, y que como Jesús, también nosotros podamos subir en espíritu y
vivir con la esperanza de la vida eterna. Danos la gracia de ser testigos de tu
amor, y de mirar siempre hacia el cielo, esperando en la esperanza segura de tu
venida. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu
Santo, por los siglos de los siglos.
Amén.
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