Hoy contemplamos a esa multitud de santos que nadie podría contar ni comprimir en un calendario. Hoy festejamos a todos ellos, a los que conocemos y a los que nos son desconocidos. Son hombres y mujeres que se desvivieron por los demás; que trabajaron honestamente por hacer posible la paz,
que han luchado por un mundo más humano, más justo, más acogedor y más fraterno.
Celebramos el recuerdo y el ejemplo de todos estos santos silenciosos y callados, que han vivido a nuestro lado, que han paseado por nuestras calles, han trabajado junto a nosotros, han comprado en nuestras tiendas y han pasado ratos amargos en hospitales.....
De una manera sencilla, pero eficaz, han anunciado el Evangelio de las Bienaventuranzas con su vida llena de amor y de esperanza. Merecen que los recordemos y celebremos fiesta por todos ellos.
Hoy es un día para que cada uno de nosotros se autointerrogue si cree y espera.
D. Isaac Laso Ruiz
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