1 jun 2019

Ascensión del Señor al Cielo

La fiesta de la Ascensión del Señor nos recuerda que, terminada la presencia histórica de Jesús, vivimos «el tiempo del Espíritu», tiempo de creatividad y de crecimiento responsable. El Espíritu no proporciona a los seguidores de Jesús «recetas eternas». Nos da luz y aliento para ir buscando caminos siempre nuevos para reproducir hoy su actuación. Así nos conduce hacia la verdad completa de Jesús. La glorificación de Jesús que celebramos el día de la Ascensión es mucho más que un hecho perteneciente al pasado. Se trata del final feliz del camino que Jesús concluyó y que todo humano debe recorrer hasta llegar a Dios. Ni el camino de Jesús ni el nuestro desemboca en la nada, ni en el absurdo, sino en la luz y plenitud de Dios. Ese destino debe ser hecho en el recorrido terrenal dando testimonio de la fe en Jesús: “seréis mis testigos”. El mensaje de la Ascensión es: “No os quedéis inactivos mirando al cielo donde desapareció Jesús, mirad a la tierra y desarrollad ahí toda vuestra actividad donde Jesús ha quedado identificado con la vida y los afanes de los hombres y mujeres de todos los tiempos. (D. Isaac Laso, pbro).

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