La
procesión te dice a dónde
nos dirigimos, y la Pasión nos muestra el camino. Los sufrimientos
de hoy son el sendero de la vida, la avenida de la gloria, el camino de
nuestra patria, la calzada del reino, como grita el
ladrón crucificado: Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.
Lo ve caminar hacia el reino y le pide que, cuando llegue, se acuerde
de él.
También él llegó, y por un atajo tan corto que aquel mismo día
mereció estar con el Señor en el Paraíso. La gloria de la procesión hace
llevaderas las angustias de la pasión, porque nada es imposible para el que ama (San Bernardo de Claraval)
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