Los efectos de la presencia de Jesús María su
Madre, en el corazón de los acontecimientos humanos, en el caso concreto de las
bodas de Caná de Galilea, suelen ser bien visibles para el que esté dispuesto a
aceptar esa, realidad.
Jesús y María, aunque
sea con intensidad diferente, hacen presente la acción de Dios en todo lugar
que se encuentren y donde está Dios, hay amor actuante, porque Dios es amor y
el amor nunca es estático. Allí, donde hay amor, hay gracia y milagro. Hay milagro, porque la acción de Dios en el
hombre es un milagro. Dios es el bien, la verdad, la belleza, la abundancia. Así
como cuando el sol despliega sus rayos en el horizonte, la tierra se ilumina,
recibe calor y da su fruto. Cuando dejamos los rayos del amor de Dios se
acerquen nos iluminen y den su calor, el bien, la paz, la belleza, la felicidad
crecen en los corazones y los van transformando en vida de Dios en nosotros.
La mediación que
Dios ha escogido para hacerse presente entre los hombres y comunicarse en la
intimidad y profundidad con ellos, es Jesucristo. La obra de Dios llega al
corazón del mundo por su Humanidad y, secundariamente, por la presencia de
María. Poco o casi nada, sabían los novios de Caná a quién habían invitado a su
boda. La invitación a la boda respondía a un vínculo de parentesco o amistad. Sin
embargo, Jesús y María aceptaron la invitación porque era la forma de estar cerca
y actuar amorosamente y en aquél momento, en aquella familia y aquellos
invitados. Ahora sigue aceptando con
amor nuestras invitaciones a participar en los acontecimientos más importantes de
nuestra vida, pero también en todo momento, porque quiere estar a nuestro lado para
poder salir en nuestra ayuda en todas nuestras necesidades, también en las humanas.
Entendamos que desear y pedir que Jesús y maría estén presentes en cada momento
de nuestra vida, es darles oportunidad de que sus rayos de luz y amor, vayan transformándonos
en tierra fecunda que da frutos de amor abundantes.
Acerquémonos de este modo, también nosotros a
la humanidad de Jesús, donde siempre está presente maría, tratando de conocer y
amar más y de manera progresiva, su trayectoria humana, escuchando su palabra,
creciendo en fe y confianza, hasta ver en Él el rostro del Padre.
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