Es Bella y hermosa la hija de Jerusalén:
subió al Cielo resplandeciente
como la aurora cuando amanece.
(Ant.
Benedictus)
La
devoción de los Fundadores de Cister a la Virgen María, cristalizó en una
definición del Capítulo General de 1119 que ordena que sean construidos todos
los monasterios en honor a la Reina de Cielos y Tierra en la advocación de la
Asunción de la Sma. Virgen a los Cielos. La Flor de Lis del escudo de la Orden,
es una de las figuras que simboliza la pureza virginal de María Santísima. Todos
los monasterios de la Orden Cisterciense en cada uno de los monjes y monjas que
la componen están consagrados a ella que es Madre y Figura de la Iglesia en la
fe, en la caridad y en la perfecta unión con Cristo.
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