29 jul 2020



El verano es el tiempo propicio para disfrutar de un descanso. Quizá este año, aún más, pues la prueba que vivimos en la crisis de la pandemia, nos hace estar inquietos por el futuro, temer ante un futuro incierto...

En esta situación ¿Cómo disfrutar de un descanso no solo físico, sino aún más espiritual?

  1. Emplemos tiempo en meditar en la Amorosa Providencia del Señor, que sabe sacar bienes de los males. Solo necesitamos confiar.
  2. Dediquemos al menos 15 minutos a leer la Sagrada Escritura. El Seños nos da su palabra de consuelo y la esperanza en que nos acompaña siempre.
  3. Tengamos una actitud agradecida. Cuando no encontramos respuestas a nuestros interrogantes, el saber agradecer lo bueno que ya tenemos, nos alivia de las pesadas cargas que elaboramos en nuestros pensamientos.
  4. Caminar...No dejarnos llevar por el desánimo y contemplar la naturaleza, un buen paseo nos anima el corazón y nos libera del pesimismo.
  5. Revisión de vida que nos lleve a aprender de los errores cometidos y también de las buenas obras que hemos hecho
  6. Hacer algo Nuevo, teniendo en cuenta a otros que están a mi lado y necesitan de mí
  7. Sonreír... Es el mejor reflejo de la alegría interior de los Hijos de Dios.
¡FELIZ VERANO!

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