18 mar 2016

SEMANA SANTA


Esta Semana Señor, es la “Gran Semana” para todos aquellos que creemos en ti, ya que conmemoramos tu muerte, resurrección y la redención de nuestras vidas. Es una semana victoriosa porque tú nos lavaste con tu Sangre Preciosa. Y me conmueve e impresiona saber que cuando estabas en la cruz también pensabas en mí, aunque yo ni siquiera había nacido.  Y ahora sé que nací para alabarte, para adorarte, para dar testimonio tus grandezas, de tu infinito Amor. Muchas gracias Señor por tanto amor y por tu maravillosa “Gracia Salvífica”.

Con las palabras del poeta te digo: “no me mueve mi Dios para quererte el Cielo que me tienes prometido. Ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte. Tú me mueves Señor, muéveme el verte, clavado en una cruz y escarnecido. Muéveme al ver tu Cuerpo tan herido, muéveme tus afrentas y tú muerte. Muéveme tu Gran Amor de tal manera, que aunque no hubiera cielo yo te amara y aunque no hubiera infierno te temiera. No me tienes que me dar porque te quiera, pues aunque cuanto espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera”.



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