Esta Semana
Señor, es la “Gran Semana” para todos aquellos que creemos en ti, ya que
conmemoramos tu muerte, resurrección y la redención de nuestras vidas. Es una
semana victoriosa porque tú nos lavaste con tu Sangre Preciosa. Y me conmueve e
impresiona saber que cuando estabas en la cruz también pensabas en mí, aunque
yo ni siquiera había nacido. Y ahora sé que nací para alabarte, para
adorarte, para dar testimonio tus grandezas, de tu infinito Amor. Muchas
gracias Señor por tanto amor y por tu maravillosa “Gracia Salvífica”.
Con las
palabras del poeta te digo: “no me mueve mi Dios para quererte el Cielo que me
tienes prometido. Ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de
ofenderte. Tú me mueves Señor, muéveme el verte, clavado en una cruz y escarnecido.
Muéveme al ver tu Cuerpo tan herido, muéveme tus afrentas y tú muerte. Muéveme
tu Gran Amor de tal manera, que aunque no hubiera cielo yo te amara y aunque no
hubiera infierno te temiera. No me tienes que me dar porque te quiera, pues aunque cuanto
espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario