Cuando llamamos
Padre a Dios, expresamos el misterio más grande que existe, la “Trinidad
Santísima”. Dios mismo ha abierto su "corazón", su
"intimidad"; ha revelado que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Un sólo
Dios y tres Personas que desde toda la eternidad viven en íntima comunidad, en
amor recíproco y la entrega más completa.
La Solemnidad
de la Santísima Trinidad Nos recuerda cada año, más viva e íntimamente que Dios
Padre quiere venir a vivir con nosotros y que debemos estar siempre con el
corazón abierto a la acogida de la presencia Trinitaria en un continuo ¡Gloria al Padre!
Nos
recuerda también que el Hijo, Jesús, la Palabra, nos invita a escuchar del
Padre: “eres mi hijo, eres mi alegría” y que debemos acoger esta Palabra en nuestro interior y vivir en un
continuo ¡Gloria al Hijo!
Y por
último, nos recuerda que debemos estar a la escucha, porque el Espíritu Santo
grita en nosotros, que somos hijos en el Hijo y por tanto hermanos en Él y por
Él, que debemos tener continuamente nuestras manos extendidas y acogiendo a
todos los hombres y mujeres en su diversidad de rostros, viviendo en un perenne ¡Gloria
al Espíritu Santo! *****
No hay comentarios:
Publicar un comentario