5 jun 2016

El silencio y la presencia de Dios en nosotros


Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí

Esta expresión de san Pablo es muy conocida. Quiere decir que al morir algo de nosotros mismos, queda sitio para que pueda entrar Cristo en su corazón. "Cuando salgo yo, entra Dios". Cuando algo muere e mi de mi mismo, Dios se presenta. 
     El silencio  así, no es vacío, es dejarle a Dios que se haga presente en nuestra conciencia, en nuestra alma. Así surge la experiencia de lo eterno en nuestra vida. Cuando algo está presente de este modo, no lo tenemos que imaginar ya que la imaginación solamente es muy vulnerable. Cuando amamos, no sólo pensamos e imaginamos, sobre todo experimentamos, vivimos..., no hay esfuerzos de imaginación, surge la presencia, -podría decirse- espontánea de la misma vida interior. Esto es, experimentamos, sentimos profundamente, más que pensar. El pensamiento surge como consecuencia, o no surge, -porque no es necesario- de la conciencia muy interior de la  presencia amorosa, de Dios  en nosotros. 



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