9 nov 2016

VIVIR EN UNA COMUMIDAD MONÁSTICA


Para vivir en una comunidad monástica es necesario una vocación madura. Quiere decir no es una forma de vivir para todos, sino para los dotados de esa vocación. Los principiantes necesitan un proceso no muy corto de adaptación. Sin embargo, la vida en comunidad es muy sana y educativa, ya que es una invitación permanente a no pensar en sí mismo; una invitación continua a la práctica de la caridad, es decir,  a pensar en los demás con caridad. Es también una invitación en cada momento a sufrir con paciencia las adversidades y las flaquezas de los o las demás. 

Eso exige una auto disciplina, una sana lucha contra el protagonismo y la originalidad. Por un lado la obediencia. Por el otro el fiel cumplimiento de la Regla, que aunque es algo externo, objetivo, es una norma concreta de la vida monástica que requiere la “conversión de costumbres” y  “estabilidad” o Permanencia y perseverancia en un monasterio. Es decir, que la entrega a Dios sea real y no una pura fantasía.

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