El silencio no es desamor o desprecio a la palabra,
sino rechazo de la palabra vacía, impersonal, superficial y mecánica. Sólo
aprecia la luz quien ha vivido en la oscuridad; sólo valora la palabra quien ha
gustado el silencio. Gandhi decía que el hombre empobrece las cosas mucho
más con las palabras que con el silencio. Quien no ha gustado los silencios iluminados,
jamás proferirá palabras luminosas. El silencio es el hogar de la palabra.
Silencio y palabra se reclaman como fecundo e insustituible contrapunto. El
exceso de ruido crea confusión. Para tener algo que decir que merezca la
pena ser escuchado hay que mantener tiempos de silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario