BERNARDO DE CLARAVAL, el Doctor Melifluo
"...en este humilde
monje, casi sin ningún medio humano, fue capaz de sacar la fuerza para ganar
los problemas más difíciles y resolver las preguntas más embarazosas..."
"En medio de tantos
favores y estima que disfrutaba con los papas, con los príncipes y con los
pueblos, no se envanece, no ir en busca de lo cambiante y gloria humana vano,
sino que brillaba en él que la humildad cristiana que "recoge las otras
virtudes."
"En este amor
inflamado por Jesucristo se le unió una devoción tierna y dulce para Su
Gloriosa Madre, que, al igual que su madre amantísima, correspondió alimentando
un profundo amor por Su culto. Tenía tanta confianza en Su poderoso patrocinio,
que lo vemos utilizar estas expresiones: "Dios no otorga nada, que no pase
por las manos de María.". De la misma manera: "Tal es la
voluntad de Él, nos quería tener del todo a través de María."
(Papa
Pío XII, Carta Encíclica "Doctor Mellifluus",
24 de Mayo de 1953)
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