Cuando
empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se
acerca vuestra liberación. Hay
momentos, en los que, de un modo más intenso, estamos llamados a tener la
mirada fija en la misericordia de Jesús, cuidando la oración contemplativa. Con
palabras fuertes, esperanzadoras, Jesús nos atrae hacia Él, el Espíritu nos
fortalece y consuela en medio de las pruebas e incertidumbres de estos tiempos.
¡Qué fuerza tan liberadora tiene este mensaje! Hay muchos finales de muerte, pero
la meta última es un final de vida, la aventura humana acabará bien porque Dios
ama al mundo y ha probado su amor con obras. Frente al pánico está el ánimo
animoso del que Dios es amigo; frente al cruzarse de brazos está el compromiso
por un mundo más humano. Jesús ha creído en nosotros, por eso creemos en
nosotros en Él. Su liberación ha quedado dibujada en nuestras entrañas. Ya no
es hora de andar encorvados. Solo Tú Señor Jesús, nos liberas.
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