Habitantes el mundo e hijos de los hombres,
escuchad: Os ha nacido hoy un Salvador, Cristo, el Señor. Alborocémonos,
hermanos, en este nacimiento y felicitémonos siempre en él. Está tan
enriquecido con el beneficio de la salvación, la suavidad de la unción y la
majestad del Hijo de Dios, que no echamos en falta nada, ni de útil, ni de
alegre, ni de conveniente. Alegrémonos, repito, meditando y comunicándonos
mutuamente esta agradable palabra y dulce expresión: Jesús el Cristo, el Hijo
de Dios, ha nacido en Belén de Judá.
San Bernardo de Claraval
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