19 ene 2021

Sentirnos llamados

 

Al comienzo del año,en nuestro monasterios reiniciamos la lectura de la Santa Regla que nos dejó nuestro P. San Benito.

Y ¿qué nos ofrece San Benito? Nos da la forma al contenido de nuestra vida en el monasterio, que no es otra cosa que el seguimiento de Cristo conforme el Evangelio. Algo que todo cristiano, por su bautismo, ha de vivir conforme a su estado de vida.

Así pues,tenemos ante nosotros un plan de vida, que nos ilumina nuestra existencia para que la vivamos como Dios quiere, poniéndonos confiadamente en sus manos. Los monjes y monjas a través de la entrega fraterna en la comunidad, como le hemos prometido al dedicarnos a su servicio para toda la vida en el día de nuestra profesión monástica. Los laicos en el mundo, a través de las personas y acontecimientos que nos muestran cada día la voluntad del Padre.

Por esto, es muy importante al comienzo del año renovar nuestra actitud. Una actitud que ha de ser pronta para volver a sentir la llamada en nuestro corazón, una llamada a la escucha fiel, disponible, generosa en la entrega amorosa de la vida, por Dios  y por los demás.

Esto es ser verdaderos discípulos, como lo fueron María, José,… Andrés, Juan, Pedro y todos los demás que conocieron a Jesús y le siguieron desde los comienzos de su vida pública.

Como ellos, hemos de fijémonos en Jesús sin apartar nuestra mirada de Él, oigamos sus palabras y sigámoslo con alegría. No importa los años que llevemos caminando tras sus huellas. La mirada de Cristo, su llamada hacia cada corazón, siempre es nueva y nos renueva, nos llena de fuerza y esperanza, de fe y amor, para no desfallecer, sino para sentirnos llenos de gozo, sabiendo que escogiéndole a Él, hemos escogido la mejor parte. 

¡Qué bien se está aquí, contigo! ¡Dichosos los que viven en tu casa, Señor, alabándote siempre!

 


 

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